Las uñas encarnadas – problema común

Normalmente los culpables somos nosotros mismos, dentro de las causas que provocan esta afección está, que cortamos las uñas demasiado y en forma ovalada. También llevamos constantemente los zapatos con las puntas muy estrechas y de tacón alto. En este tipo de calzado no dejamos especio a las uñas, así que crecen, se doblan y encarnan. Ese mismo efecto puede darnos al llevar los zapatos con las puntas muy planas donde las uñas están oprimidas desde arriba.

Una uña encarnada no sólo provoca dolor, también hinchazón e infección, la cual es visible normalmente por su color rojizo. Se puede encarnar en cualquier sitio, en su final, en la mitad o en toda su largura.

Hace tiempo la única solución para este tipo de problema era una intervención quirúrgica con la eliminación de la uña entera. Al día de hoy la podología propone por suerte otras soluciones menos drásticas y sin dolor.

Cuando se encarna sólo en la esquina el tratamiento es muy fácil porque poniendo un poco de algodón especial es suficiente. Se trata de colocar una gasa especial, empapada en el fármaco antiinflamatorio entre el eje y la uña. Después de unos minutos el tapón se elimina y se recorta el pedazo afectado, mientras que en el borde se sitúa un tubo recortado a lo largo para que la uña vuelva a crecer de forma adecuada.

Si esta se encarna como resultado de su dobladillo en los bordes, se puede poner la grapa BS Quick- cinturón elástico colocado en el borde de la uña, que la levanta en todo lo ancho. Cuando la uña crece, la grapa se mueve con ella y habrá que poner una nueva. Generalmente vuelve a crecer de forma correcta totalmente después de 4-5 cambios de grapas. Hay otros tipos de pinzas, con alambre de aluminio, que se sujetan debajo de los bordes de la uña, donde comienza a encarnarse.

Debemos recordar que es muy importante solucionar primero la inflación en caso de que la haya, más tarde, cuando la inflamación desaparece ya podemos pasar a preocuparnos por la uña encarnada.